La Glorieta dedicada al autor del Quijote se encuentra situada frente al Pabellón Real de la Plaza de América realizada por Aníbal González. No obstante, el arquitecto fue uno de los principales impulsores de la idea de convertir el parque en una biblioteca pública, propuesta que motivó la creación de espacios como éste, unos entornos destinados a ser lugares donde poder sentarse a leer, al aire libre, obras de los diferentes autores homenajeados en las glorietas.
El perfil octogonal de la glorieta y sus bancos se repite el del alcorque que la centra, del cual brota una monumental Araucaria cunninghamii que ofrece su sombra a quien aquí desee sentarse. Se cuenta que otro autor literario, Pío Baroja, consideró a este bello ejemplar como un auténtico árbol de la ciencia literiara, y que exclamó gratamente en su presencia “¡ahora me lo explico!", entreviendo quizá una relación entre este árbol de origen australiano y el mismo genio de Cervantes.